
Cuando sali de la pega el viernes iba llegando al metro, la verdad queria ver a la pequeña gigante pero me daba lata ir sola. Al final cuando empezaba a bajar la escalera me di media vuelta y fui igual.
No me arrepiento, aunque no vi mucho por el exeso de gente, me senti en otro lugar.
Era increible la sensacion de ver a tanta gente viviendo una fantasia aunque fuera tan solo por un fin de semana.
Creo que nos hace falta sentirnos niños de vez encuando y estar dispuestos a disfrutar de algo tan lindo como la aventura de esta pequeña gigante que vino a santiago.
Las cientos de miles de personas que han seguido el recorrido de esta super muñeca, estuvieron (estuvimos) dispuestos a jugar y viajar a algo asi como el pais de nunca jamas, en el que todos somos niños y nos sentimso como tal.
Ver la emocion de tantas personas asombradas por la magnitud de la puesta en escena y por la historia, es increible. Grandes y chicos teniamos la misma edad y gozabamos por lo mismo.
Ojala viajaramos mas seguido al pais de nunca jamas, seriamos mas felices, al menso eso creo. Si bien existen muchos problemas y situaciones que nos impiden abstraernos de la cruda realidad, esto no significa que no podamos tener tiempo de jugar y recrearnos con cultura y grandes historias que nos alegren un poquito el corazon.
Por mi parte me despido y me alisto para mañana volver al pais de nunca jamas y ver cuando la pequeña gigante atrape al rinoceronte que esta asustado y que tantos destrosos ha causado en nuestra ciudad.
No me arrepiento, aunque no vi mucho por el exeso de gente, me senti en otro lugar.
Era increible la sensacion de ver a tanta gente viviendo una fantasia aunque fuera tan solo por un fin de semana.
Creo que nos hace falta sentirnos niños de vez encuando y estar dispuestos a disfrutar de algo tan lindo como la aventura de esta pequeña gigante que vino a santiago.
Las cientos de miles de personas que han seguido el recorrido de esta super muñeca, estuvieron (estuvimos) dispuestos a jugar y viajar a algo asi como el pais de nunca jamas, en el que todos somos niños y nos sentimso como tal.
Ver la emocion de tantas personas asombradas por la magnitud de la puesta en escena y por la historia, es increible. Grandes y chicos teniamos la misma edad y gozabamos por lo mismo.
Ojala viajaramos mas seguido al pais de nunca jamas, seriamos mas felices, al menso eso creo. Si bien existen muchos problemas y situaciones que nos impiden abstraernos de la cruda realidad, esto no significa que no podamos tener tiempo de jugar y recrearnos con cultura y grandes historias que nos alegren un poquito el corazon.
Por mi parte me despido y me alisto para mañana volver al pais de nunca jamas y ver cuando la pequeña gigante atrape al rinoceronte que esta asustado y que tantos destrosos ha causado en nuestra ciudad.